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Baguá y Feng Shui

 

 por Laura Poggiani

   


 


 

 

Según la cultura oriental, es posible obtener cambios positivos en la persona y en consecuencia en su relación con los demás,  simplemente modificando algunas partes sustanciales del hogar.

De hecho el hombre, como los espacios que ocupa, son en realidad pura y simple energía y cualquier barrera o estructura que se construya trae dificultades en el fluir suavemente de esta energía, con consecuencias verdaderamente insospechadas.

Aquí entonces bastará con mover un mueble o derribar una pared para que inmediatamente la energía vuelva a fluir libremente, modificando en consecuencia la vida y los acontecimientos de la persona. Evidentemente, estos cambios se producirán de forma sutil pero tangible.

A todo esto se le llama “Feng Shui” y para poder utilizarlo correctamente y mejorar la calidad de vida, así como la positividad del hogar, es necesario ante todo tener en cuenta que en el Feng Shui hay dos elementos clave: el Baguá y la energía de los Elementos.

De hecho, conviene recordar que, según la astrología china, hay cinco elementos fundamentales: Fuego, Tierra, Metal, Agua y Madera.  Estos elementos, además de caracterizar la personalidad de un sujeto, conforman el Baguá, una especie de mapa que identifica dónde hacer cambios en el hogar y qué áreas de relación con los demás y con uno mismo necesitan ser armonizadas.

Con este antiguo sistema de grilla es posible reconocer qué áreas de la casa necesitan atención y, en consecuencia, qué es lo que puede ser fortalecido y energizado en las relaciones interpersonales y emocionales.

 

Este antiguo cuadrado mágico chino, dotado de poderes místicos, remonta su origen a una leyenda: hace unos cuatro mil años una tortuga emergió de un río con la caparazón cubierta con unos signos particulares que los chinos interpretaron como los números del 1 al 9. Incluso otros matemáticos famosos, como Pitágoras, estaban fascinados por los cuadrados mágicos y comprendieron que los números son en realidad símbolos muy poderosos. Como se puede ver fácilmente en el cuadrado mágico de arriba, los tres dígitos de cada línea siempre dan como resultado 15, lo cual en Oriente es considerado mágico.

La importancia del número 15 se basa en la tradición china que basaba las veinticuatro fases del año solar en el ciclo de quince días entre la luna nueva y la luna llena.

El Baguá refleja tanto las energías que actúan en nosotros como las que se reflejan en las relaciones sobre la misma base  del cuadrado mágico. Entonces, por ejemplo, el área del 1 está conectada al Agua, la del 2 a la Tierra y así sucesivamente.

 

Como puede verse en la figura, el área central del cuadrado representa la unidad y la integridad. Por tanto, el 5, el número central, representa el corazón de la casa, la esencia de nosotros mismos, la clave de nuestras relaciones, y se denomina Centro.

Cada sección del Baguá tiene su propia palabra clave y está vinculada a áreas relacionadas con las relaciones y elementos como sigue:

 

 ELEMENTO – SIGNIFICADO

1.    Agua: Libertad, fluir, nuevas historias, comienzos.

2.    Tierra: Receptividad, sentimientos, intuición.

3.    Trueno: Influencias externas, familia, intrusiones.

4.    Viento: Armonía, felicidad, negociaciones, progreso.

5.    Centro: Energía vital, contacto con uno mismo.

6.    Cielo: Dar y recibir, apoyo emocional, amistades

7.    Lago: Amor creativo, sexualidad, sensualidad, excitación.

8.    Montaña: Comunicación, conciencia de uno mismo y de los demás

9.    Fuego: Claridad, realización: ¿estamos en sintonía con los demás?

A partir de estos elementos, por tanto, será suficiente insertar nuevos objetos o eliminar los antiguos, para obtener un cambio de espíritu y el efecto deseado.

¿Cómo proceder? En la práctica bastará con superponer el Baguá al plano de la casa, o  de una habitación que se quiera mejorar, cuidando de orientar el Baguá de tal forma que la zona de “agua” coincida siempre con la puerta de entrada. Luego se observa en qué dirección se distribuyen los elementos.

Entonces, por ejemplo, si somos acosados por la interferencia continua en nuestra vida privada de una persona que es  demasiado intrusiva, nos daremos cuenta de que quizás el área del Trueno (es decir, conectada a una interferencia externa) esté ubicada, vamos a decir, donde está la cocina. Bastará entonces con poner unas campanillas de viento en la ventana o quitar algunas herramientas o muebles que obstaculicen el libre flujo de la energía, y para nuestra gran sorpresa veremos que nuestras relaciones con la persona intrusiva irán mejorado significativamente en poco tiempo.

 


Por Laura Poggiani - Todos los Derechos Reservados